San Agustín en Las confesiones repasa su vida: "Amar y ser amado era la cosa más dulce para mí, sobre todo si podía gozar del cuerpo del amante [...] Tal era mi vida, pero, ¿era esto vida, Dios mío?" (Libro III, cap 1-2)
Cualquiera que haya chapoteado en el sexo conoce bien da qué se refiere Agustín. ¿Era eso vida?, podemos escribir con él.
"¡Qué dulce fue para mí carecer de las dulzuras de aquellas bagatelas las cuales, cuanto más temía entonces perderlas tanto más gustaba ahora de dejarlas¡ Porque tú las arrojabas de mí. Tú, verdadera dulzura, tú las arrojabas y en su lugar entrabas tú, más dulce que todo deleite [...] más claro que toda la luz, pero al mismo tiempo más interior que todo secreto". (Libro IX, cap. 1)
Cualquiera que lea a san Agustín, ¡se le entiende tan bien!, sólo puede identificarse con esa biografía tan cercana en muchas cosas a la nuestra. A la tuya.
¿Pero te atreverás a experimentar en tu vida esa transformación?
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