El horinapla Pujol asistía a Misa todos los domingos en la parroquia del pueblo de Queralps, leía la segunda lectura, y comulgaba con un fervor molt dalló piadós.
Una tarde leyó:
- Lecture de la cart del ' Apostol Sant Jaume :
¡Vamos pues ahora, oh ricos! Llorad y aullad por las miserias que vienen sobre vosotros. Vuestras riquezas se han podrido, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; su moho servirá de testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como fuego.
¡Habéis amontonado tesoros en los últimos días! He aquí clama el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que fraudulentamente ha sido retenido por vosotros. Y los clamores de los que segaron han llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos.
Habéis vivido en placeres sobre la tierra y habéis sido disolutos. Habéis engordado vuestro corazón en el día de matanza. Habéis condenado y habéis dado muerte al justo. Él no os ofrece resistencia.
- Es...paraula de Deu.
Se sentó en el banco, a la vera de la Marte Fergusson, y dijo.
- Aquet Jaume sembla una mica exagerat, oi, Marta?
-I tant, Jordi....no pateixis!
- Osti qué tíu!
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