lunes, 15 de junio de 2015

UN HALLAZGO

Fue un hallazgo que sólo hasta hace unos días no me atreví a manifestar.

Se produjo en Tamahu de una manera pausada, descubierta poco a poco, pero cuando llegó y se hizo luz sus consecuencias fueron la paz interior  y la alegría.

Fui de la opus, y nunca he dejado de serlo, y me moriré con ella. Lo quiera o no viene conmigo, no vale la pena resistirse de las miles de formas que lo he hecho: con ironías, con obsesiones, con mala leche, con rencor, con cinismo...

Me ponga como me ponga, soy más de la opus que la cruz de palo.

Este árbol que lleva mi nombre tiene unas raíces y forman parte de lo que soy hoy. Lo que ves se debe a lo que no ves, porque no vale la pena poner encima de la mesa toda esa tierra. Donde está está muy bien, déjala quieta. En esas raíces, además de mucha mierda, también está la opus. Todo mezclado.

Lo comento con un buen amigo y me dice:

- En realidad lo que te ha sucedido es que has tenido la gracia de descubrir no esa entrega, eso fue un camino que tomaste un tiempo, y que haces bien en no negarlo y aceptarlo...has descubierto tu vocación más profunda y potente.


«Nos hace falta decirnos bien las cosas que nos dieron nuestros mayores: bendecir nuestro pasado, no maldecirlo. Lo que fue pecado e injusticia también necesita ser bendecido con el perdón, el arrepentimiento y la reparación. Y lo que fue bueno, necesita ser bendecido con el reconocimiento y la acción de gracias que sabe valorar la vida que se nos dio, la tierra que recibimos. Bendecir el pasado es hablar bien de Dios, de nuestros padres y de nuestros abuelos. Agradecer lo que nos dieron aun con sus imperfecciones y pecados es ser bien nacidos. Pero es mucho lo recibido. El que maldice para atrás es porque seguramente está planeando sacar una ventaja en el presente o en el futuro, una ventaja que no será bendición para otros».

Jorge Bergoglio. El verdadero poder es el servicio



1 comentario:

  1. Pues sí, a mí me pasa lo mismo: soy más de la opus que la cruz de palo. Es algo que ya no puedo remediar. El otro día estuve cenando con un numerario. Me dijo que a los exs ya nos perdonan... me dolió. Otro, muy estirado, no me saludó cuando nos cruzamos en la Diagonal (es que no me habrá visto, es imposible que no me haya saludado).

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