jueves, 30 de julio de 2015

BUENOS MAESTROS

De la misma manera que mil acordes acariciados por unos dedos  sobre las teclas de un órgano, interpretando una sonata de Bach,  no hacen una obra maestra.

O que una sencilla tortilla de senderuelas puede ser de una vulgaridad chunga, que mil ladrillos no hacen una casa, o que millones de besos no hablan de amor...mucha gente destroza a Bach, deshace tortillas, arruina edificios, o prostituye lo que toca.

Pero hay gente que no. Hay personas que hacen de su labor, de su trabajo, de su amor, obras maestras.

Y cuando estás cerca de gente así todo es más fácil: nadie nace enseñado en nada, pero se nota, ¡y mucho!, los buenos maestros.


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