Hay muchas cosas de Dios que se me escapan. Quisiera creer que existe, ¡ cuánto más que es mi padre!...¡encima providente!: que cuida de un modo amoroso de sus criaturas.
Pero todo eso choca, ¡y de qué modo! con el escándalo de su silencio: la evidencia del mal solo es compatible con la no existencia de Dios o con la existencia de más de uno.
¡Qué frío tengo a veces!
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