Fantaseo a veces con la muerte. Con la mía.
Quizá sea estúpido escribir sobre estas esperanzas. Y, bueno, quizá es más estúpido no hacerlo.
Sueño con Manuela y con mi padre : Imagino a los dos sonriéndome y diciendo "tranquilo, aquí lo entendemos todo". "No hace falta que digas nada".
La frase responde a mi petición de perdón.
Recuerdo a Jaume agonizando. Cerraba los ojos e imaginaba que estaba sumergido en un océano. Dios era ese océano.
- Estoy en medio del Amor de Dios. A un pez no le extraña que el agua moje, y a mi vivir imbuido en ese Amor.
Allí, en sus sonrisas, están las respuestas a todas las preguntas.
Alguno pensará que estoy como una puta cabra, y puede que tenga toda la razón. Pero sé que es así.
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