sábado, 16 de mayo de 2015

LA CARA QUE SE MERECE.

Una lección que no aprenderé:

Las relaciones entre amigos , o amantes, son muchas veces comerciales.

Se intercambian placeres, servicios, incluso cosas como la inteligencia, o la astucia, sin son vividas como algo que se "tiene". Lo mismo que se intercambian  mercancías. 

Allí nada es verdad, es la ley de la oferta y la demanda: el más rico se engríe, el más pobre se humilla y se prodiga, y cuando el intercambio deja de ser provechoso para una de las partes siempre se puede romper relaciones y que te den...

No la aprenderé porque tiendo a fiarme de las personas. 

Dice Emilio Duró que hay gente que tiene la cara que se merece. Yo creo que no, eso es una gansada. Podría nombrar ahora unas cuantas personas con cara de buenas personas que son unos perfectos miserables, con las venas heladas, sin ninguna compasión por nadie.

Por ejemplo, ese que me dijo: "fíate de mi palabra, Suso: vale más que mi firma .Como comprenderás, lo que te digo no lo puedo poner por escrito...".

Tenía cara de buena persona, y le creí. Pero me dio gato por liebre , conociendo mi ingenuidad, y firmé mi baja voluntaria.

Y la vida sigue, para él, y para mi.

1 comentario:

  1. Driver, recientemente follado16 de mayo de 2015, 10:06

    Tranquilo; en verdad te digo que no estás solo.
    "Mira, hemos pensado hacer un ERTE, y como se trata de una empresa familiar te digo que si no lo firmas no va a pasar nada. Total; se trata de adaptarse a los tiempos. Pero tranquilo, si no lo firmas, te doy mi palabra que aunque me tenga que quedar sin comer, vas a cobrar tu liquidación."
    ...
    Y claro, firmé.
    Y sí, me dieron por el saco.
    ...
    E igual que a tí, la vida sigue para él y para mí.
    ...
    Ahora, en situación completamente ilegal; sigo currando igual o más que antes.
    Con la diferencia que me estoy puliendo mi fondo social de desempleo.
    ...
    Si crees que tú eres un completo gilipoyas; te digo que somos un güevo los que la cagamos; por mantener un trabajo, por pagar una hipoteca; por creer en la palabra y en estrechar la mano mientras te miras el careto; por alimentar a tu familia, o como en mi caso; por tener que comprar batidos especiales para luchar contra la anorexia; que te vale la puta cajita de 24 batidos, 120 machacantes.
    ...
    ¿Y sabes lo que te digo ?
    Que prefiero seguir siendo gilipoyas; al fin y al cabo es una opción más.
    Y que cada uno es libre de serlo, por la razón que le salga de la minga.

    Lo que no vamos a perder es la capacidad de errar.
    Al fin y al cabo, es lo que nos mantiene en la pole.

    No tener miedo a errar.
    Lo demás, vendrá por añadidura.

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