¿Cómo hablaré a los hombres?, se preguntaba Saint Exupéry poco antes de que su voz se apagara en el silencio eterno.
Es el sentimiento que todo hombre que escribe : describir la verdad, intentar juntar con palabras el amor que uno lleva dentro, muy dentro, con más fuerza que uno mismo .
Y , a veces, se escapan los términos, como las truchas de las manos de un furtivo. No sabes cómo llegar al núcleo de ese color, o de ese matiz, de esa belleza.
¿Qué somos?: seres que piensan, que aman, que estamos unos años aquí. Hagas lo que hagas no conseguirás olvidar tu condición , vendarte los ojos, disfrazar tus miedos.
En medio de la confusión del mundo, sólo tiene sentido que escuches la voz solitaria de Dios que es mas íntima a ti que tú mismo.
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