Hay un pasadizo entre lo visible y lo invisible. "Yo soy la Luz del mundo":una ventana, al cerrarla, una puerta entreabierta por la que llega un poco de luz. Sin lo invisible no veríamos nada, estaríamos en total oscuridad.
A un pez no le llama la atención que el agua moje, y a nosotros no nos tiene que extrañar que la luz es invisible: vemos objetos iluminados por la Gracia. Esa es nuestra atmósfera.
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