La corona de rosas de tus manos en mis sienes . Coróname ,madre , por favor. Tus manos perfuman mis cabellos de plata, envejecidos por mis pecados.
Rosas con espinas en mi frente.
Sentado en el alfeizar de la ventana, a través del vaho de los cristales , miro tu maravillosa imagen, y el recuerdo de esas manos que me impusiste.
Sobre mí la tristeza ha arrojado su pañuelo :- Una criatura dormida en este mundo , y un ángel que se nos fue mientras soñaba con nosotros.
Ya no te veré más desde mi ventana, madre. Pero sé que que no pasarás nunca más de largo...
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LA NUEVA BARULLA
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