Hay un tipo de espíritu que hay que ayudar a salir adelante. Son esas personas que nos rodean- están vivos- y van vendados como Lázaro al salir del sepulcro ( "ya hiede "). Son las vendas de sus malos rollos, sus angustias, sus desasosiegos. No consiguen desprenderse de tanta podredumbre. Viven envueltos en sus propias apósitos.
Están a un paso de descubrir su propia resurrección , pero también están a un paso de regresar al sepulcro y blasfemar "¿por qué me haces esto y te dices amigo mío?: ¡no quiero ser resucitado!, ¿a quién preguntaste si quería volver a la luz y a la vida? ...
¡Pobres Lázaros!: como rosas que mueren , se inclinan hacia la luz de la entrada de la cueva sepulcral - como si la luz tuviese que susurrarles algo . Pero están sordos , y tienen miedo.
Hay quien piensa que Lázaro no perdonó esa resurrección. ¡se estaba tan bien en la sepultura!
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