Todo en mi vida ha sido imaginación desbordada.
De bien pequeño leía tebeos, Gorila Manila, Roberto Alcázar y Pedrín...pronto pasé a una colección de novelas ilustradas y resumidas cada dos hojas con vñetas, donde leí decenas y decenas de literatura clásica.
A bordo de esos libros conocí a Dickens, a Julio Verne, a Stevenson, navegué por los mares del sur, atravesé las praderas del lejano oeste, entré machete en mano y crucé el Amazonas, busqué oro en Alaska...
¡Y el cine!.
En los jesuítas los sábados proyectaban películas donde, literalmente, enloquecíamos cuando aparecía el séptimo de caballería corneta en mano a salvar a un fuerte rodeado de terribles indios, y nos levantábamos alborozados, simulando cabalgar con las manos y gritando con todas nuestras fuerzas. O recorríamos África con una Deborah Kherr cañona y valiente, o asaltabas galeones con Errol Flyn ...¡qué guirigays se armaban en esas películas!
Después te soñabas esas escenas siendo tú el protagonista.
¡Qué delicia recordarlo, y sentir que aún anida ese crío dentro de ti!
Todavía recuerdo mis lágrimas de chaval cuando nos contó un jesuíta como un crío que llevaba la Sagrada Forma acompañando a un sacerdote para darle el viático a una enferma, al cruzar la tundra siberiana infestada de lobos hambrientos , se lanzó a las fieras desde el trineo para que diese tiempo al cura a llegar al pueblo , mientras le despedazaba la jauría.
Lloraba y soñaba en sustituir a ese chaval.
Sí, éramos unos héroes. Viajábamos hasta los confines del mundo, de la Historia, y del más allá.
Y, ¡ bendita ingenuidad!, me preguntaba viendo una película si Telly Savalas al morir estaba en gracia o en pecado mortal.
Escribe Stevenson:
Cuando yo crezca y sea mayor
me sentiré orgulloso y con honor.
Y a cada niño y niña le diré que respete
y me dejen en paz con mis juguetes.
No quiero dejar de ser ese niño.
Me alegra encontrarte ... y me pone colorado no haberlo intentado antes. Bonito post ... y sugerente.
ResponderEliminarA Deborah Kerr la recuerdo de su papel de Licia en "Quo Vadis" y no la veía muy "cañona" ... más bien modista.
Más guerrera estaba Sofía Loren en "La caída del imperio romano" ... o Claudia Cardinale en "El gatopardo " ... aunque esta no era para niños.
La Deborah de Quo es que tenía unas rivales que quedaba panfililla
ResponderEliminarCon Stuart ya cambió el pisaje.
¡Ilusión saber que andas por aquí!
Un abrazote Modestino