Habían traído de regalo un cerdito a casa y en el patio los niños jugaban con él.
De color rosa, el cochinillo sólo despertaba ternura. Él gruñía , los niños reían , y el perro, que también se había incorporado a los juegos, ladraba.
Durante unos meses fueron todos muy amigos. Mientras los niños estaban en el colegio el perro cuidaba del lechal , le seguía danzando y correteando por el patio, le lamía las paticas con todo el cariño, y cuando los niños regresaban a casa corrían a acariciarlo.
El gorrino era parte del paisaje de la casa. Con el tiempo este ser delicado fue engordando y muy pronto sus muslos tomaron cierta consistencia.
Todos sabían el destino de "Susín" , que así le llamaron. Susín era su juguete.
Juntos habían compartido risas, , carreras, , caricias, hasta que una víspera de Nochebuena Susín no estaba.
A la hora de la cena la madre sacó una bandeja de plata y en ella estaba Susín, de una textura crujiente y tostada , abierto por la mitad desde la cabeza hasta el rabo, con unas hojitas de laurel como colchón...
Se lo zamparon hablando de que si tal , que si cual, sin una mención al amigo rosa.
La vida es así.
Con los restos del cochinillo la señora preparó la comida del perro y éste en el patio se mostraba feliz y azorado esperando el plato. El momento más feliz en la vida de un can es cuando intuye que le traen la comida.
Cuando lo vio en el suelo el perro se abalanzó sobre él.
Pronto el animal saltó aullando, aterrorizado , dando un brinco hacia atrás apenas olió las viandas. Se negó a comer. Sentado junto a los restos de su amigo comenzó a dar largos ladridos lastimeros .
La vida es así, ¡qué le vamos a hacer!.
De color rosa, el cochinillo sólo despertaba ternura. Él gruñía , los niños reían , y el perro, que también se había incorporado a los juegos, ladraba.
Durante unos meses fueron todos muy amigos. Mientras los niños estaban en el colegio el perro cuidaba del lechal , le seguía danzando y correteando por el patio, le lamía las paticas con todo el cariño, y cuando los niños regresaban a casa corrían a acariciarlo.
El gorrino era parte del paisaje de la casa. Con el tiempo este ser delicado fue engordando y muy pronto sus muslos tomaron cierta consistencia.
Todos sabían el destino de "Susín" , que así le llamaron. Susín era su juguete.
Juntos habían compartido risas, , carreras, , caricias, hasta que una víspera de Nochebuena Susín no estaba.
A la hora de la cena la madre sacó una bandeja de plata y en ella estaba Susín, de una textura crujiente y tostada , abierto por la mitad desde la cabeza hasta el rabo, con unas hojitas de laurel como colchón...
Se lo zamparon hablando de que si tal , que si cual, sin una mención al amigo rosa.
La vida es así.
Con los restos del cochinillo la señora preparó la comida del perro y éste en el patio se mostraba feliz y azorado esperando el plato. El momento más feliz en la vida de un can es cuando intuye que le traen la comida.
Cuando lo vio en el suelo el perro se abalanzó sobre él.
Pronto el animal saltó aullando, aterrorizado , dando un brinco hacia atrás apenas olió las viandas. Se negó a comer. Sentado junto a los restos de su amigo comenzó a dar largos ladridos lastimeros .
La vida es así, ¡qué le vamos a hacer!.
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