Esperando a la muerte
como un gato
que quiere saltar sobre la cama
compadezco mucho a mi mujer
ella tiene que ver este
tieso blanco cuerpo
moverse una vez, y después
quizá de nuevo: "¡Hank!"
Hank no quiere responder
no es mi muerte lo
que me preocupa, es mi mujer
sola con este montón de nada
quiero hacerle saber
que aún después de tantas noches
durmiendo a su lado
hasta las inútiles
discusiones fueron cosas
siempre espléndidas
y las difíciles palabras
que siempre temí decir
ahora pueden ser dichas:
te amo.
Es el amor de un hombre tímido. Es muy difícil expresar ese sentimiento de desolación que se siente al perder a esa persona que amas.
Cuando viví en Lérida , conocí a una chica con una larga melena negra . Fue una noche en el Bis, un pub donde amarré una noche triste. Fue una noche un tanto loca. Quedé con ella al día siguiente para tomar algo Se llamaba Roser.
La estuve esperando horas , sentado en un banco, pero no se presentó. La llamé a casa y no contestaba. Una semana después me tropecé con ella. Se había olvidado de mi.
He tenido otras experiencias similares, incluso bastante peores pero son historias del pasado.
Sí puedo decir que me sentí muy identificado con el protagonista de 'El jardín de los Finzi-Contini', el relato de Giorgio Bassani, que está enamorado de Micol, una joven judía a la que espía desde la tapia que rodea a la mansión en la que vive.
He sido muy enamoradizo , mucho. Y de una timidez patológica en mi relación con las mujeres, aunque no lo parezca.
La acción transcurre en el preludio de la II Guerra Mundial y el narrador cuenta sus sentimientos amorosos a su mejor amigo hasta que descubre que éste se está acostando con Micol. Eso también me sucedió, y fue un palo muy duro. No sé la de canciones que compuse a esa mujer.
Yo también me he subido a una tapia y he hecho todo tipo de locuras cuando era adolescente y sufría ese mal. Entonces yo estudiaba en los jesuitas y veía a las alumnas del Sagrado Corazón como angelitos Recuerdo escribir el nombre de Matilde camuflado en el papel pintado de mi habitación, a la altura de la almohada.
La timidez es fuente de sufrimiento pero también de felicidad cuando se consigue romper esa barrera. Pero el amor es lo más parecido a ir caminando sobre una frágil capa de hielo que se puede quebrar en cualquier momento.
Todo es pasajero en la vida y también los sentimientos. Pero hay pérdidas y ausencias muy difíciles de soportar a pesar del transcurso del tiempo. Las heridas provocadas por la pasión son las más duraderas.
El único consuelo es que siempre nos quedará ese fugaz interludio que sobrevive en el recuerdo.
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