Me dice un antiguo alumno que sus hijos cantan todas las canciones que le enseñé en Primaria: "Como un idiota", "Tus ojos de color amarronado", " Mi melenilla", " Voy a ti", "El amigo José"...
- Alguna es nuestro himno familiar.
Sé que son muchos hijos de alumnos míos que cantan mis canciones cuando van en el coche rumbo al colegio, de regreso de una excursión. Unas horteradas simpáticas . Y con los años las cantarán sus nietos.
Hoy en Tamahú, en Guatemala, y en las aldeas del Valle de Polochic cantan " Dame una vida" ( que allí se llama "Manuela"). Y sólo por esa razón valió la pena ir hasta allá.
Nadie sabrá quién la compuso, y qué. ¿La popularidad es un delito de lesa literatura? El hecho de que anden de boca en boca, tarareados por las calles , o en una iglesia, me hace inmensamente feliz . Allí hay mucho de mi,y allí estoy yo, sin que nadie lo sepa.
¿Las letras, por muy horteras , o cursis que sean, sólo vale la pena cuando se edita, aunque sea en tirajes de mil ejemplares? No. Nacen para ser cantadas y recordadas. Y si emocionan, ya vale. Cumplieron su cometido.
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TODAS HIEREN, LA ÚTIMA MATA.
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