De bien niño y hasta hoy anidan otros Suso en mi interior , con los que convivo, disfruto, y sufro.
Somos muchos en uno. No soy yo el que fumaba, era uno que se parecía mucho a mi , pero que expiraba el humo como Humprey Bogart. No era yo el que andaba de esa manera, era otro que no se parecía a Humprey, sino que se le daba un aire a Louis de Funes. Ni era yo el que bebía desasosegado , sino un otro que se
parecía a Charles Ryder, el protagonista de Retorno a Brideashead...
parecía a Charles Ryder, el protagonista de Retorno a Brideashead...
Y las mujeres que se cruzaron en mi vida tampoco eran reales. Todas se parecían a Carolina de Mónaco, a Vivian Leight, a Ingrid Bergman...
Mi vida era un eje de fantasía que hacía girar una rueda dentada.
Lejos de la realidad soñaba guiones imposibles con historias maravillosas. Podía ser rico, sacerdote, ladrón, o un pobre hombre que sorbe sus lágrimas en una fonda tomando una sopa con olor a coliflor hervida.
En mis paseos por las calles hablaba con los personajes imaginarios , fieles compañer@s de aventuras, que venían conmigo allá donde me destinaba la vida.Fantasmas dotados por mi de carne y hueso.
Gracias a este blog, y al Barullo, he conseguido pasar los papeles costrosos que guarda la imaginación a estas páginas , como el naúfrago que tira una botella al mar de Internet.
Somos muchas almas en este pobre cuerpo.
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