martes, 8 de septiembre de 2015

DE ESTA MANERA.

Contemplo esta  mañana las sobras de un  yogurt  que ayer quise cenar y olvidé  en  la repisa de la encimera. 

Qué frío .

Qué tristeza: las sobras  de la mitad  que nadie  va a probar. La soledad  que  no  puedo compartir. El vaso espachurrado que  soy yo. Los morros  tuyos que no te relameras  de  gusto. Septiembre. ¡Qué convincente es la pobreza cuando se es pobre!

¡Jesús, vamos a remenar  las papeleras   de  este barrio, que ayer se casaron en la parroquia y encontremos  flores para llevar a tu madre!  

¡Madre, déjame que te quiera de  esta  manera!

3 comentarios:

  1. Ayer recordé que una vez escribí en tu blog que yo no tengo una devoción particular a la Virgen, me cuesta mucho, y fui "atacado" por algún lector. Lo recordé al releer en Mero Cristianismo un párrafo sobre la Virgen:
    "Las creencias católicas sobre este tema se sostienen no sólo con el fervor inherente a toda creencia religiosa sincera sino (muy naturalmente) con la peculiar y, por así decirlo, caballerosa sensibilidad que un hombre experimenta cuando el honor de su madre o de su amada están en cuestión. Por eso es muy difícil diferir de ellos sin aparecérseles como un grosero además de un hereje".

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  2. Mi devoción a María tiene raíces que se sembraron en la infancia.

    Y no me cuestiono nada sobre ella.

    Para mi María es madre..Sin embargo, no tiene nada que ver con devociones populares marianas.

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  3. Mi devoción a María tiene raíces que se sembraron en la infancia.

    Y no me cuestiono nada sobre ella.

    Para mi María es madre..Sin embargo, no tiene nada que ver con devociones populares marianas.

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