lunes, 16 de noviembre de 2015

DESDE MI VENTANA.

La corona de  rosas de tus manos en mis sienes . Coróname ,madre , por favor. Tus manos perfuman mis  cabellos  de plata, envejecidos  por  mis  pecados. 

Rosas con espinas en mi frente. 

Sentado  en el alfeizar de  la ventana,  a través del vaho de los cristales ,  miro  tu  maravillosa  imagen, y el recuerdo de esas manos  que me impusiste.

Sobre mí la tristeza   ha arrojado su pañuelo :-  Una criatura dormida  en este mundo , y  un ángel que se nos fue mientras soñaba con nosotros.

Ya no te veré más desde mi ventana, madre. Pero sé que  que no pasarás  nunca más  de largo...
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LA NUEVA BARULLA

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