Dios también es el blanco silencio apelmazado de la nieve , en el beso de tu madre, y en esa puerta del pasillo abierta para que no tengas miedo a la oscuridad . Está en el fondo de tu alma enamorada .Y en tus pecados. Está en tus lágrimas cuando escuchas a Bach.
También equivale a la sustancia de una sopa de ajo bien trabada, y al mismo tiempo palpita en el dibujo de todas las sonrisas de las niñas del mundo , y está en el pincel de Velázquez , y en ciertos versos de Lope.
Y, siempre, en tu corazón, lo quieras o no. Lo sepas o no.
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