Te he dicho tantas veces que te quiero que estoy seguro, o eso me gustaría creer, que como la hemorroísa te toqué y me sentiste,
- ¿¡¡¡QUIÉN MA TOCAO!!!?- dijiste asombrado.
¿Ni una sola vez después de tantos años?. El problema está en que sí que te he tocado, y más que la orla de la túnica. Pero , ¡buf!, ...¡joder!.
¿Quién no se reiría de mí si yo dijera que vi arder todo un día tu corazón y no me quemé.?
¡Ay, pobre de mi , qué otro hubiese sido si llego a caer en manos del Amor! Viniste hasta mi , pero no me enteré: el Amor arrastra, y, sin masticar, engulle.
Toda mi vida anterior se ha roto como un espejo en mil pedazos . Aún puedo en mi pecho reunir todos esos fragmentos, aunque estén dispersos. Los espejos rotos muestran cientos de rostros más menudos, y así los añicos de mi corazón pueden sentir deseo, adoración, pero después de tal amor, de nuevo amar no sé si podré.
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