A lo largo de su frente dormían los nogales de hojas abiertas , y se gestaban en su corazón polluelos incubados a su calor. Ella aguardaba amaneceres y estrenaba un corazón esponjando salmos que meditaba , intuyendo el misterio
Yo no entiendo nada y en silencio cobijo el corazón , lo dilato y espero que me mires y digas que me quieres como hijo.
Tú ya sabes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario