Tendría unos siete años u ocho años. Mis padres se habían mudado a la calle Francisco de Vitoria en Zaragoza. Fue un cambio muy brusco: de un barrio de gitanos, la Sierra Purroy , en Torrero, al centro centro.
De la Escuela de san Antonio, con un profesor de malas pulgas y olora fétida, al Colegio del Salvador, los jesuitas, con padres de porte distinguido , y profesoras guapas y estilosas.
Al llegar nuevo quise dar la nota por congraciarme con la clase.
La señorita Querubina paseaba por entre los pasillos del aula dictando en voz alta. En la segunda vuelta ,al pasar a mi lado, me tiro al suelo para buscar el bolígrafo que había lanzado al suelo, y me quedo mirándole las bragas a la doña.
La clase dijo en voz alta "¡¡¡UALAAAA!!!".
- ¿Qué sucede?- pregunta la señorita Querubina.
- Que ese niño se ha tirado al suelo para verle las bragas.
A ver....esas bragas color carne no merecían el tortazo que me llevé, ni mucho menos. Pero me lo llevé: vi a Tarzán vestido de primera Comunión.
Pero no aprendí.
La verdad es que algo no andaba muy bien en eso que llaman "educación de la sexualidad y afectividad.
Una mañana, estaba sólo en la capilla del colegio,me acerqué a la imagen de la Virgen , me encaramé en el retablo y le levanté las faldas a la mismísima Inmaculada Concepción.
Sentía curiosidad por saber qué había debajo de aquella imagen cuyo rostro de porcelana tanto me atraía.
Sentía curiosidad por saber qué había debajo de aquella imagen cuyo rostro de porcelana tanto me atraía.
Cuando estaba con el cuello torcido, sobre el altar sosteniendo la falda , se abre la puerta de la capilla y aparece el hermano Babil, un religioso de altura restringida , un petiso vamos, y que se decía que de la guerra civil le había quedado un proyectil incrustado en el cerebro.
El tortazo fue lo que en pelota mano se llama de gancho- sobaquillo- sotamano.
Omito describir a quién vi...
¡Qué decepción!: debajo de aquellas telas brocadas en oro había solo unos palitroques
De aquello me quedó un enorme remordimiento y el domingo siguiente fui a confesarme:
- Ave María Purísima.
- Sin pecado concebida, hijo.
- Me acuso de que le he visto las bragas a la Virgen una vez.
- ......
- ¿Padre?
- Sí, hijo, estoy aquí. A ver, ¿ qué es lo que has hecho?
- Le he visto las bragas a la Virgen María una vez.
- ¿Pero tú estás tonto?...anda, anda...
- Es que...
- ¡Que te vayas !: ¡leñe con el crío!
Y a mi me parece que es el pecado más gordo de todos los que he hecho en mi vida.
VISITA LA BARULLA.
Suso, con la distancia que dan los años, ¿crees que si la reacción de la señorita Querubina o del hermano Babil hubiera sido diferente habrías madurado antes? Es decir, ¿crees que te hubiera hecho cambiar algo o tenías que haber pasado por esa etapa de tu vida de todas maneras aunque hubieras vivido en otro ambiente menos "represivo"?
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