El bien y el mal son dos ríos muy caudalosos que cruzan nuestros corazones .
Quisiera saber cuál de los dos ríos lleva más agua y también el lugar exacto de su desembocadura. Y, ya puestos, cuantos sedimentos se depositan en mi delta , y cuantos brazos se forman y dividen en ríos que se van separando y volviendo a juntarse para formar un cúmulo de canales.
Un delta o un estuario que se ha formado desde el nacimiento hasta la desembocadura.
Esas mismas corrientes atraviesan el corazón humano: en su ribera abrevan a la vez el niño que fui y diablo que habita en mi. Atraviesan las aguas pantanos envenenados que esconde el cadáver del niño que mataste.
Como aquel día que tu jefe os consultó a todo el despacho qué opinabais de despedir a tu mejor amigo y compañero de trabajo.
Uno a uno fue declarando su opinión . No lo defendisteis. Todos bajasteis el dedo pulgar por cobardía.
Lo que no esperabais era que esa conversación fue grabada y la usó para reforzar el despido.
Te sentiste sucio, cobarde, miserable. Allí aprendiste que una persona honorable como tú puede dejar morir a alguien muy querido después de haber salvado otra vida por la mañana.
No pasa nada. Hace unos días casi le arranco la yugular de un mordisco a un automovilista que quiso birlarme el sitio para aparcar:
- Como aparques allí te quemo el coche- grité desaforado.
De todas formas, por cada herido hay dos camilleros. Dos enterradores atienden un muerto. Por cada caído en un accidente hay innumerables donantes de sangre.
De todos los niños y demonios que habitan en ti hay más más buena gente que devuelve la cartera que rateros.El tigre y el ángel abrevan juntos.Pero en el fondo, por cada uno que muere , cuatro lloran por ellos y se les echan de menos.
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AQUÍ:LABARULLA: A MI.
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