Me impresiona saber que la edad de la Tierra es de unos 5 mil millones de años . Y que el sol sobre el que giramos y nos da vida se está apagando.
En cambio, las horas parecen muy largas en el sopor de este atardecer de invierno , con la calefacción encendida , y la lluvia que se refleja en los faros de los coches
Apago la luz y en la penumbra pienso que la vida en este planeta, cuando el Sol se apague, no habrá sido más que una breve historia de gentes que no terminamos de entendernos. un paréntesis de luz entre dos infinitas oscuridades .
Pero , ¿y Bach?, ¿y Mozart?, y cualquiera de las parábolas de la Misericordia, , todas las artes, el folclore , las canciones, la gastronomía, las oraciones, la belleza que supimos crear , esas llamas que dieron sentido y luz a la Historia , que son: ¿nada?, ¿un algo inconsistente? .
Todavía hay idiotas que dicen : "Oiga, usted no sabe con quién está hablando".
- Sí que lo sé. Estoy hablando con un imbécil que es nadie. Somos nada,nadie
A la sombra de la sala de estar cierro los ojos pienso en esas dos oscuridades antes de los 5 mil millones de años, y después de los 5 mil millones de años.
Viajamos alrededor del Sol a 30 kilómetros por segundo. Cada vuelta nos acerca a nuestro final. Mientras, aquí, Artur Mas quiere gobernar a cualquier precio , Irán y Arabia Saudita se enfrentan en la sempiterna yogurtera de los sufís y los sunís . La misma mierda de siempre.
La obsesión del hombre ha sido romper la jaula del tiempo y del espacio donde se halla prisionero no sólo su cuerpo, sino también su mente.
La aventura humana habrá sido sólo un guiño de luz cuando el universo se convierta en un cementerio infinito de piedra pómez.
Pero detrás de toda esa lucha por el poder, el dinero, por las idioteces de siempre ...se escucha la parábola del hijo pródigo y uno piensa que hay más que piedras después de todo.
O a uno le gustaría pensar que sí.
Nos quedan cien mil o doscientos mil millones de años más dando vueltas alrededor del sol : esa centésima que hay entre el hijo pródigo y el abrazo de su padre que lo recibe enloquecido de alegría , será la edad exacta del universo.
O eso es lo que quisiera creer con todas mis fuerzas.
Todo esto es una gran casualidad, sin causalidad alguna.
ResponderEliminarSolo los abuelos de algunas islas griegas pillan la onda.
Se sientan al atardecer en una silla de enea y encaran el final del día, con la misma postura con la que encaran la muerte o el final de la Humanidad.
Les importa una higa.
...
Dejan que los últimos rayos del sol les calienten el careto, miran un rato a los niños jugando y se fijan en el culo de la señorita maestra, las tres referencias básicas de su vida.
...
Luego se marcha a la taberna a jugar al dominó y se prepara para darles matarile al Leonardo y a su compi.
...
Y sabe que eso es exactamente la vida.
Y el muy cabrón lo disfruta.