miércoles, 4 de noviembre de 2015

¡GRACIAS!

Hay una palabra que hay que repetir hasta las agujetas: ¡gracias!.

Yo he sido feliz  todos los días de mi vida, al menos durante un ratico, incluso en las circunstancias más adversas. Y en mis noche oscuras, que las he tenido, no faltó el recuerdo  de amores  donde daba saltos de alegría, o  esa canción que me acompaña siempre, o la imaginación  , el verme desde lejos de mi mismo, como una película, y sentir una inmensa ternura por ese desastre de hombre que he sido a veces.

Otras veces es   sentarte en una terraza al sol , y   desayunarte  ese alimento tan primitivo y terrestre como es  una rebanada de pan con aceite. Y pides una tostada  , algo tan sencillo como  harina de trigo amasada con aceite de oliva y sal, con una loncha de jamón encima , un café recién hecho, una naranjada. Y lees el periódico con calma, sin prisas.

Y a lo mejor ese día te bebes la lágrimas , y la soledad del comercial pesa porque no te jalas un rosco. A lo mejor sientes el aguijón del escorpión que se invitó a cruzar el río - ¿cómo voy a hacerte nada , si me ahogaría yo también?.

Y el muy  te pinza en la cabeza, y encima se salva.

Como a vosotros me han sucedido muchas cosas , buenas y malas: pero he sido feliz todos los días de mi vida ,  al menos durante un ratico, incluso en las circunstancias más adversas.

¡Gracias!


5 comentarios:

  1. Muy buena entrada
    No hay felicidad completa pero si retazos diarios

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  2. Yo creo que no puede haber felicidad completa, pero sí un fundamento de felicidad que depende de cómo veas el mundo (la vie en rose). El resentido no es feliz. En algunas culturas no existe el perdón (ahí tenemos el eterno conflicto árabe israelí) y si falta esta pieza fundamental nada puede encajar. La consolación de la filosofía. Otros recurren a las adicciones y al "no pensar" (aferrarse a una ideología es "no pensar").

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  3. Y aunque sólo sean los minutos en completa oscuridad cada noche, mientras conciliamos el sueño hasta el desvanecimiento de la conciencia. Dormirnos es caernos de nosotros mismos. Muchos días yo sólo vivo para esos minutos.

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