sábado, 2 de abril de 2016

SIEMPRE SE LO ESTÁ BUSCANDO Y ENCONTRANDO.

 El libro de Job nos da una gran enseñanza...Job, que era un hombre de justicia, de rectitud, quiere saber por qué perdió todo, hasta su salud. 

Sus amigos- ¡vaya  amigos!-  le dicen que Dios lo castigó porque ha pecado. 

Él les contesta que aun si hubiera pecado, no era para tanto. 

Cuando aparece Dios, Job se queda tranquilo. No obtiene una respuesta, lo único que existe es un sentir del Señor. 

De este relato se pueden deducir varias cosas que marcan mi personal percepción de Dios. Primero: que los amigos de Job —que defendieron una tesis que decía “has pecado, por ende, Dios te ha castigado”, transformando a Dios en una especie de computadora que premia o castiga— incurrieron en arrogancia y necedad. 

Al final del relato, Dios le dice a Job —que tanto le recriminaba la injusticia que el Creador hizo con él— que interceda en oración por sus amigos, porque ellos habían hablado incorrectamente acerca de él. Quien gritó sus penas a los cuatro vientos al reclamar por la justicia celestial fue visto placenteramente por Dios. 

Los que sostenían un discurso esquemático acerca de la esencia de Dios fueron aborrecidos por Él. Dios, a mi entender, se revela a nosotros de un modo muy sutil. Nuestro sufrimiento en el presente podría ser una respuesta para otros en un futuro. O tal vez seamos nosotros una respuesta de algún pasado».

Jorge Bergoglio: «El libro de Job es una continua discusión sobre la definición de Dios. Hay cuatro sabios que van elaborando esa búsqueda teológica, y todo termina con una expresión de Job: “Antes te conocía de oídas, ahora te han visto mis ojos”. 

La imagen de Dios que tiene Job al final es distinta de la del principio. La intención de este relato es que la noción que tienen estos cuatro teólogos no es verdadera, porque a Dios siempre se lo está buscando y encontrando».

Jorge Bergoglio y Abraham Skorka. Sobre el cielo y la tierra .


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EL BARULLO: PERFORMANCE

1 comentario:

  1. A veces he pensado que una característica intrínseca de Dios es la variedad de percepciones que podemos tener de El.
    Y que al buscarlo nos centramos en encontrar tan solo una percepción. Y que esa sea posiblemente la causa de nuestras dificultades.

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