lunes, 14 de diciembre de 2015

NIÑEZ.

Todo en mi vida  ha sido  imaginación desbordada.

De bien pequeño  leía  tebeos, Gorila Manila, Roberto Alcázar y Pedrín...pronto  pasé a una colección de  novelas ilustradas y resumidas  cada dos hojas con vñetas, donde leí decenas y decenas de literatura  clásica.

A bordo  de  esos libros conocí a Dickens, a Julio Verne, a Stevenson, navegué  por los mares del sur, atravesé  las  praderas  del lejano oeste, entré machete en mano  y crucé el Amazonas,  busqué oro en Alaska...

¡Y el cine!.

En los jesuítas los sábados proyectaban películas  donde, literalmente, enloquecíamos  cuando aparecía el séptimo de caballería corneta en mano a salvar  a un fuerte rodeado de terribles indios, y nos levantábamos alborozados, simulando cabalgar con las manos y  gritando con todas nuestras fuerzas. O recorríamos África con una Deborah Kherr  cañona y valiente, o asaltabas galeones con Errol Flyn ...¡qué guirigays  se armaban en esas  películas!

Después te soñabas  esas escenas siendo tú el protagonista.

¡Qué delicia  recordarlo, y sentir que aún anida ese  crío dentro de ti!

Todavía  recuerdo mis lágrimas de chaval cuando nos contó un jesuíta   como un crío que llevaba la  Sagrada Forma acompañando a un sacerdote  para darle el viático a una enferma, al cruzar  la tundra siberiana infestada de  lobos  hambrientos  , se  lanzó a las fieras  desde el trineo para que diese tiempo al cura a llegar al pueblo , mientras le despedazaba la jauría.

Lloraba y soñaba  en sustituir a ese chaval.

Sí, éramos unos  héroes. Viajábamos hasta los confines del mundo, de la Historia, y del más allá.

Y, ¡ bendita ingenuidad!, me preguntaba viendo una película si  Telly Savalas al  morir  estaba en gracia  o en pecado mortal.

Escribe Stevenson: 

Cuando yo crezca y sea mayor
me sentiré orgulloso y con honor.
Y a cada niño y niña le diré que respete
y me dejen en paz con mis juguetes.

No quiero dejar de ser ese  niño.


2 comentarios:

  1. Me alegra encontrarte ... y me pone colorado no haberlo intentado antes. Bonito post ... y sugerente.
    A Deborah Kerr la recuerdo de su papel de Licia en "Quo Vadis" y no la veía muy "cañona" ... más bien modista.
    Más guerrera estaba Sofía Loren en "La caída del imperio romano" ... o Claudia Cardinale en "El gatopardo " ... aunque esta no era para niños.

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  2. La Deborah de Quo es que tenía unas rivales que quedaba panfililla

    Con Stuart ya cambió el pisaje.

    ¡Ilusión saber que andas por aquí!

    Un abrazote Modestino

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