domingo, 31 de enero de 2016

CURAR EN SÁBADO

Un sábado entró Jesús en casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, y ellos le estaban observando. 

Había allí, delante de él, un hombre hidrópico. 

Entonces preguntó Jesús a los maestros de la ley y a los fariseos: ¿Es lícito curar en sábado, o no? Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. 

No extraña  que sea Jesús  el que   pregunte a uno de  los jefes  de  los  fariseos.

Otra  vez es el jefe el que se enfada  y pregunta:   

Una mujer  desde hacía dieciocho años tenía una enfermedad producida por un espíritu. Estaba encorvada y no podía enderezar.  Jesús, al verla, la llamó y le dijo:

- Mujer, quedas libre de tu enfermedad!

Le impuso las manos y al instante ella se enderezó y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, decía a la gente:

- Hay seis días para trabajar. Venid a haceros curar uno de estos días y no en sábado.

"Le estaban observando". 

La Ley les dice que no es lícito curar en sábado y Él  lo  único que hace es curar en sábado. Y ya está. 

¡Ojalá no preguntes  nunca si puedes curar o no en sábado!: ¡que no haya  sábados que cumplir en tu biografía!.

¡Que toda  tu vida sean lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados  y domingos!


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