He venido para sembrar contigo esta entrada de emociones y de nuestras cosas. He venido para compartir soledades, las tuyas, las mías, que estamos bien ,o no, que estamos como una puta cabra.
He venido para escuchar , también para charlar. Hoy , por ejemplo, tengo miedo porque a lo mejor un día de
estos pierdo el empleo . No lo sé. Cosas mías, que me caliento la cabeza yo solo. He venido para dar y para recibir. Para decirte que quiero que tu mujer sane. Si de mi dependiera , ahora mismo ofrecía la mía a cambio de su salud, que es la tuya. Sé que a Dios esos cambios no le conmnueven lo más mínimo. Si así fuese , yo hace años estaría andando otros valles.
He venido para amar y para ser amado.Para escribir mi amor por ti. Te llames como te llames. Hayas hecho lo que hayas hecho. Todos hemos hecho cosas de las que nos avergonzamos. Todos. Y también sé que hemos nacido para querernos y perdonarnos porque si no, ¿ de qué cojones va esta película?
Hoy estoy aquí para ayudar y para pedir ayuda. No apagues la luz del pasillo y deja la puerta de la habitación abierta. Quiero acompañar y buscar compañía. Sentir un beso en la oscuridad. Unos dedos que se entrecruzan y ensartan en el tapíz de nosotros. He venido para que me conozcas y para conocerte.
He venido para esperar contigo que las cosas mejoren y no estar solo. He venido dispuesto a todo.
-------------------------
EL BARULLO: EN UN PARABRISAS
EL BARULLO: EN UN PARABRISAS
Aquí abajo hace un calor del carajal.
ResponderEliminarCreo que esto es el puñetero infierno; debe de serlo porque la peña anda pelín quemada.
Pero ¿sabes una cosa, amigo?
En mi casa hay un rincón pata tí, donde siempre hay una botella de vino, un cacho de pan y un chorizo que pica y está de muerte mortal.
E historias, un carajal de historias.
Algunas son imposibles, otras son fantásticas, otras tienen nombre de mujer, y para entender algunas hay que hacerse antes un millar de kilómetros oyendo música calladito.
Sí, soy un puto brasas, lo sé.
Pero es lo que tiene haber pisado el infierno.
Esas llamas abigarradas que parece que te van a devorar, en el fondo te hacen ver las cosas de manera diferente.
Tan distinta, que a veces el infierno y el cielo son la misma cosa.
Dos caras de un mismo medallón.
¡Abrazote!, que no se sabe muy bien si la palabra se refiere a un abrazo o a un azote.
O a ambas, que es lo más probable.
Chico.